No nos estamos refiriendo al notable estribillo de la canción que en 1968 fue de un éxito indudable que aún sigue resonando en nuestros oídos, “ Mi Limón, Mi Limonero”, interpretado por el músico y actor de telenovelas natural de Cabimas, estado Zulia, Henry Augustus Stephen Pierre, mejor conocido como Henry Stephen. Pero ¿qué relación guarda ese estribillo con la urbanización Bello Monte de Caracas?
Delimitada al Norte por la urbanización Las Delicias y la urbanización Sabana Grande, teniendo entre ellas el bulevar homónimo, por el Sur por la urbanización Colinas de Bello Monte (río Guaire y autopista Francisco Fajardo), por el Este por la urbanización Chacaíto del municipio Chacao (Quebrada Chacaíto) y por el Oeste por la urbanización Los Caobos y Plaza Venezuela, en el primer tercio del siglo XIX las extensiones de tierras del actual Bello Monte fueron adquiridas por el inglés Jhon Alderson, quien fue fervoroso partidario de nuestra emancipación e íntimo amigo de Bolívar y Humboldt. Dominios de mayor extensión que se unían con la Hacienda San Diego, después conocida como Hacienda Ibarra, donde se erige la Ciudad Universitaria de Caracas, sede la Universidad Central de Venezuela. Las haciendas pertenecieron a la familia Ibarra por más de tres siglos, allí se producía el azúcar con el que se realizaba el mejor ron de la época.
Alderson en homenaje a su primogénita dio el nombre de Belmount a esas extensiones de terreno, que en inglés significa “Monte de Isabel”. Según nos refiere Aquiles Nazoa en “Caracas Física y Espiritual”, adoptado por el uso al habla criolla, el nombre de Belmount se convirtió con el tiempo en “Bello Monte”. Tal es el poético origen de la denominación con que hoy nombramos ese conocido aledaño de Caracas, integrado a la trama metropolitana.
Luego, en tiempos de Antonio Guzmán Blanco, Henry de Tallenay llegó al país en 1878, acompañado por su familia, como encargado de negocios y Cónsul general de Francia en Venezuela. Su hija Jenny escribiría las impresiones que les dejaría su estancia de tres años por estas tierras, las cuales publicaría en un libro titulado Souvenirs du Venezuela, con bellas ilustraciones de Saint-Elme Gautier y publicado en París por la editorial Plon en 1884.
Jenny de Tallenay, perpleja ante el espectáculo de la naturaleza en esta tierra tropical, nos refiere sus impresiones de esta zona caraqueña:
“Entre Chacao y el vecino pueblo de Sabana Grande, costeamos una nueva plantación de café, cuyos bucares extienden sus ramas copudas por encima de la carretera, sumiéndola en sombra. Hacia el medio de dicha plantación, en una colina en cuyo pie está bañado por el Guaire, se levanta un peristilo con columnas, medio desplomado y algunos lienzos de pared horadados por ventanas ojivales. Se notan también una torrecilla y dos cuartos habitables aún, ocupados por una familia de negros. Estas ruinas formaban parte antaño de un pequeño castillo donde residía Humboldt, cuya situación convenía perfectamente a los estudios astronómicos. En frente de las ruinas del otro lado del Guaire, se observan altas chimeneas de azúcar o ‘trapiche’, y cerca de allí una hermosa habitación conocida bajo el nombre de Bello Monte”.
Se debe precisar que la colina a que hace mención la joven francesa era la casa principal de la Hacienda Bello Monte que se encontraba en el cruce de la antigua plaza Humboldt, hoy calle Humboldt y la avenida Casanova. La otra casa referida junto a la “torrecilla” (el trapiche) es precisamente la Casona Ibarra enclavada dentro de la Ciudad Universitaria.
Es así que nos imaginamos como Jhon Alderson dijo yeh,yeh y Jenny de Tallenay dijo oh lá lá a este rincón de la ciudad,
Octavio Sisco Ricciardi
Plano ubicación de la Urbanización Bello Monte en Caracas