Octavio Sisco Ricciardi
El I Ching, Yijing o I King es quizás el texto más antiguo que la humanidad haya conservado. Es un libro oracular chino cuyos primeros textos se suponen escritos hacia el 1200 a. C. Es uno de los Cinco Clásicos confucianos. El término i ching significa “libro de las mutaciones”.
Incrementado durante la dinastía Zhou (1046 a. C. y 256 a. C.), fue nutrido por comentaristas de la escuela de Confucio, aunque su contenido original es de procedencia taoísta y no confucianista. Con sus 64 signos denominados hexagramas, describe o interpreta la situación presente de quien lo consulta y aconseja el modo en que se puede resolver el futuro si se adopta ante él la posición correcta. Es un libro revelador, sapiencial y moral, a la vez que por su estructura y simbología es un libro filosófico y cosmogónico.
Aunque se le cree vetusto, su contenido coincide en forma asombrosa con las concepciones más actuales del mundo, motivo por el cual sea la razón de su resurgimiento. Sirvió de guía a pensadores y estadistas de China y Japón, y a sus pueblos, desde mucho antes de Confucio y hasta Mao Tse Tung. En los últimos tiempos ha ejercido una influencia notable en las ciencias, sicología y la literatura occidental. Por ejemplo, en ese libro se basa “El juego de los abalorios” de Hermann Hesse. Por medio de sus símbolos, el escritor Octavio Paz caracterizó en un prólogo a los poetas incluidos en una antología de la poesía mexicana.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) editó un cotejo de sentencias del I Ching con centenares de citas de la literatura mundial, a cargo de Siu “The Man of Many Qualities, A Legacy of the I Ching” (El hombre de muchas cualidades. El legado del I Ching). Incluso, Jorge Luis Borges le dedica un poema “Para una versión del I King” en “La moneda de hierro” (1975) y Carl Gustav Jung prologa en la edición de 1949 el libro traducido por Richard Wilhelm del chino al alemán (1923).
La filosofía del I Ching supone un universo regido por el principio del cambio y la relación dialéctica entre los opuestos. Nunca presenta una situación en la que no esté incluido el principio contrario al rector del signo, que conducirá a un nuevo estado. Los cambios se suceden de manera cíclica, como las estaciones del año, lo cual muestra claramente el concepto taoísta del yin y yang.
En su aspecto cosmogónico, el I Ching describe un universo en el que la energía creadora proviene del cielo, en tanto la tierra es receptora y fecundadora de esa energía primaria.
El Libro de las Mutaciones agrupa las sentencias oraculares representadas por 64 conjuntos de seis líneas llamados hexagramas Cada hexagrama es una figura compuesta de seis líneas horizontales apiladas. Cada línea es Yang (línea ininterrumpida o sólida), o Yin (línea abierta, rota o quebrada con un hueco en el centro). Con seis de estas líneas apiladas de abajo hacia arriba hay 26 o 64 combinaciones posibles, y por lo tanto 64 hexagramas. Se consulta por medio de 3 monedas en la que se asigna un valor para la cara (2) y otra para el reverso (3), siendo usadas generalmente las monedas chinas de origen ancestral.
En pleno corazón de la avenida Roosevelt de Caracas entrecruzada por la plaza Tiuna y las avenidas Los Laureles y Cataluña de la urbanización Los Rosales y parte de Las Acacias, se alza ceremoniosamente el cuerpo de un edificio en arco que por su forma y altura simula al muro de un dique con su acento robusto en la punta. Es un edificio residencial de 87 apartamentos y dos penthouses, con aquellas destinadas el comercio en la planta baja, a 17 pisos fuera del suelo.
El triángulo en la punta de la parcela (45 metros de profundidad) está pavimentado con baldosas, beneficioso para la visual de edificio, que le permite ser visto con total libertad, como una gran antesala que se comunica con la avenida principal, acercándose a la plaza Tiuna, con lo cual este fragmento urbano le otorga un grado de monumentalidad poco frecuente entre las edificaciones de tipo comercial en la Caracas de hoy. Un ágora que tanta falta hace para el encuentro personal.
La forma arqueada del edificio es acentuada con los largos balcones y con la disposición de los techos y de las estructuras del cuerpo bajo antiestante destinado al supermercado. Este último quedó sostenido por siete vigas de dieciocho metros de luz y seis y medio de colado, sobresaliente por su obligada gran altura fuera de las los del techo. Ellas siguen en forma radio céntrica (como si fuera un abanico) el arco del volumen alto, con una virtual convergencia en la misma punta del triángulo de la parcela. Este singular y hermoso edificio ostenta la condición de Bien de Interés Cultural del país.
Pero más que un dique parece la cuenca de dos manos amables que recogen los rayos solares que reflectan su luz gracias a los destacados balcones que simulan líneas de un hexagrama. Es que si observamos el edificio en su conjunto, podemos percatarnos que nos dibuja el penúltimo de los signos del I Ching, Chi Chi: “Después de la consumación”. Al dividir la fachada del edificio en dos mitades iguales, podemos leer de abajo hacia arriba, en grupos de tres, los dos trigramas: el primero formado por una línea larga, una corta y otra larga y el segundo una corta, otra larga y otra corta que nos muestra el hexagrama 63, que se repiten hasta dos pisos debajo de la terraza.
Este signo es una elaboración del signo T´ai (La Paz). La transición de la confusión al orden ha quedado consumada, y en también en los detalles, todo se haya ahora en su sitio. Esta es una constelación muy favorable. Los trazos del trigrama de arriba (K´an, Lo Abismal, el agua), abajo (Li, Lo Adherente, el fuego). “El dictamen: éxito en lo pequeño, es propicia la perseverancia. Al principio ventura, al cabo confusiones”. Es que esta perspectiva que sentencia el hexagrama del Libro de las Mutaciones nos parece anunciar el trayecto del creador de estos diseños arquitectónicos.
El autor de este hermoso edificio es un arquitecto quien vino a Venezuela desde las lejanas tierras de la Europa oriental. Había partido en enero de 1951 desde el puerto de Southamptom en el buque francés “Colombie”. Se trata de Jan Gorecki. Nacido en la San Petersburgo zarista un 2 de julio de 1914, partió junto con su familia siendo aún muy joven a Polonia su patria asimilada, donde egresó de la Universidad Técnica de Varsovia en 1939. Se establece en Venezuela en 1951. Aquí nacerán sus hijos y la adopta como su segunda patria. En 1953 se asocia con el ingeniero Samuel Zabner en la empresa Arinco Zabner-Gorecki, desarrollando más de 600 proyectos de vivienda, entre 1953 y 1959 aprovechando el auge el crecimiento de la ciudad y la aparición de nuevas urbanizaciones en Caracas.
Su dilatada obra es la expresión de una arquitectura moderna y sencilla como a él le gustaba llamar, que luego escribiera amorosamente en su libro “Arquitectura sencilla”. Son líneas que traen un aire fresco a la ciudad, dejando su estampa en viviendas para una sola familia o varias, edificios que incorporan el comercio en su planta baja. Una arquitectura accesible sin sacrificar el arte y lo bello.
De sus obras emblemáticas se encuentran además del edificio “Tiuna” los edificios “Country Park” en El Bosque, “Laurinda” en la avenida La Paz, “Unión” en Las Acacias, “Rosenthal” en San Bernardino, “San Carlos” en Vista Alegre, “Londres” en La Paz, el hermoso y ligero edificio “Los Llanos” y “El Alba” en Chacao, por citar algunos. Entre otras edificaciones se puede nombrar la fábrica de colchones “Divenca” en Valencia. Solo en el municipio Chacao diseñó alrededor de 70 quintas y 40 edificios de vivienda multifamiliar, proyectados y ejecutados entre 1953 y 1970. Tan prolijo en la mesa de dibujo como su poliglotía, pues hablaba ocho idiomas.
Matusalén de la arquitectura, pues falleció el 14 de julio de 2019, recién cumplidos 105 años, era un incansable creador hasta sus últimos días. Gorecki luego de retirarse de los proyectos de arquitectura, publicó el libro titulado “Arquitectura sencilla” con las obras desarrolladas junto a su socio, el ingeniero Zabner. Culminada esta tarea, se dedicó a la elaboración de dibujos realizados mediante los programas de diseño Photoshop y Corel Draw, exponiendo sus obras en el Museo de Bellas Artes y posteriormente publicando el libro de su obra gráfica.
La vida y obra de Jan Gorecki fue un camino futuro y recorrido. Dejó para la posteridad testimonios en piedra, concreto y vidrio que destacan entre el caos de nuevas tendencias en la no menos caótica ciudad. Como toda persona sencilla, incomprendido. Están allí para ser contempladas, disfrutadas, sentidas. Acaso como un modesto homenaje, le rendimos el poema que escribiera Borges para el Libro de las Mutaciones:
El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer. No hay una cosa
que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós. Nada nos deja.
No te rindas. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.
“Para una versión del I King”. La moneda de hierro (1975) Jorge Luis Borges
Las fotografías de Jan Gorecki han sido suministradas gentilmente por su hija Mariana Gorecki.
Una vez más sorprende el señor Cisco para darle a las joyas desapercibidas de nuestra capital, y sus creadores, el reconocimiento que merecen. Más de una vez me he preguntado al recorrer las calles de Caracas quien habría concebido tal o cual edificación, y casi siempre lo atribuía por desconocimiento a la gran afluencia de ingegnere costruttore que vinieron a nuestro país en los 40s & 50s.
Gracias por iluminarme!