La Cruz Pontifical que corona la fachada de la iglesia Catedral de Caracas, sustituye a la que fue colocada allí por orden de Monseñor Silvestre Guerrero y Lira en agosto de 1867. Como se sabe, la cruz pontifical, también denominada cruz arzobispal o cruz patriarcal, es una variante de la cruz cristiana, símbolo religioso del cristianismo. Conserva la forma, añadiendo un pequeño travesaño horizontal por encima del principal. Es empleada como signo distintivo de arzobispos y patriarcas. Tiende a confundirla con la Cruz de Caravaca puesto que ambas tienen dos barras horizontales, la superior más pequeña que la inferior, solo que la de Caravaca viene adornada con las figuras de dos ángeles a sus costados.
A pocos días de cumplirse un siglo de su colocación, los caraqueños disfrutaban de su semana aniversaria; el 25 de julio se cumplían 400 años de la fundación de la ciudad; los edificios públicos fueron remozados y las calles y avenidas estaban adornadas para la fiesta.
Las agujas de las esferas del reloj que miran al Oeste de la torre de la Catedral de Caracas se detuvieron a las 8:02 minutos de la noche del sábado 29 de julio de 1967: un espantoso terremoto sacudió a la capital y otras ciudades del país. Durante 35 segundos, Caracas tembló a una intensidad sólo recordada en la ciudad en 1812 y 1900. La violencia del sismo fue tal que rompió los equipos de percepción de movimientos telúricos del Observatorio Cagigal. El terremoto se ubicó en 6,5 en la escala de Richter.
Esa virulencia sísmica hizo que la Cruz Pontifical de la Catedral se desplomara en caída libre hasta estrellarse contra el pavimento, reduciéndose en fragmentos de los cuales no se tienen pistas seguras. Cuenta la leyenda que en ese preciso momento cesó de temblar.
La huella que dejó al caer, sin embargo, sigue viva y en resguardo. Días después del terremoto continuaba imparable el peregrinaje al sitio donde la cruz dejó su impronta, por lo que las autoridades civiles y eclesiásticas decidieron rescatar el segmento de pavimento y enmarcarlo en una caja de concreto que en principio sería colocada en la propia fachada de la Catedral. Los trabajos estuvieron a cargo del artista plástico Alirio Oramas y el ingeniero Reinaldo García Tamayo.
Hoy día se encuentra en la Capilla del Santo Cristo de las Misericordias bajo la custodia de las Hermanas Catequistas de Lourdes. En ese lugar, ubicado en la avenida Intercomunal de El Valle muy cerca de la estación del Metro Coche, la imagen que se encuentra en perfecto estado de conservación, puede ser vista todos los días después de las 4 de la tarde, hora en la que el templo es abierto al público para las misas.
Octavio Sisco Ricciardi